miércoles, 24 de septiembre de 2008

Apuestas




apostar

(Del lat. apposĭtum, de apponĕre, colocar).

1. tr. Dicho de una persona: Pactar con otra u otras que aquel que se equivoque o no tenga razón, perderá la cantidad de dinero que se determine o cualquier otra cosa. 

2. tr. Arriesgar cierta cantidad de dinero en la creencia de que algo, como un juego, una contienda deportiva, etc., tendrá tal o cual resultado; cantidad que en caso de acierto se recupera aumentada a expensas de las que han perdido quienes no acertaron.

Yo no sé en qué momento de la historia se le ocurrió al hombre pensar que podría ser excitante arriesgar algún bien (que preferentemente lleve la honra del contrario de por medio) en pos de algún resultado, seguramente se trata de una práctica que data de la época prehistórica. Tal vez algún lejano antecesor apostó su cueva y a toda su familia dentro con el vecino afirmando que podría matar un mamut con una lanza. Lo cierto es que apostar es atractivo, es cosquilleante, está chido. En mi caso, he podido regocijarme en las mieles de la victoria observando al H. Embajador de la Pequeña Habana lustrando el calzado de la Nana Rmz. Aunque es mucho más satisfactorio para el ego del jugador victorioso cuando el oponente sufre con la humillación y el desprestigio de su nombre. Para ser sincero yo hubiera preferido ver a mi oponente mentando madres, llorando o maldiciendo el momento en el que las Águilas de Philadelphia vencieron en el marcador a los Acereros de Pittsburgh, pero para mi mala fortuna, mi rival se toma la vida sin complicaciones… ¿Qué mas da? Para mi orgullo es suficiente saber que YO GANÉ, ÉL PERDIÓ…

Pero cuidado, el juego es algo que, como todo en exceso, puede tener consecuencias desastrosas. Recuerdo que hace algunos años perdí en un Caliente todo mi dinero, incluído el destinado para sacar mi automóvil del estacionamiento del lugar, teniendo que dejar “empeñado” mi reloj al encargado de  la caseta.

¿Cuál ha sido la peor (o la mejor) apuesta de su vida?

 

 Diavolo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I eñor!!!

Yo perdí y tú ganastes, i eñor, pero creo que me divertí más yo. El hecho es que de todos modos perdieron los Acelerados de Pittsburg pero nos vemos en el Super Bowl.

En fin seguiré apostando la cabellera, algún iluso caerá, si no, seguiré boleando zapatos, en una de esas ganaré.

Saludo la aparición del blog, ya hay un link en Villa de Xoco.

¿Cuándo juegan Pumas-América?


Poder Ejecutivo de La Pequeña Habana.

Rodolfo Zapata Aguilar dijo...

Pos la cabellera larga de Carlos Equino estaría buena para el Super Bolillo...

En fin yo me regodeo en mi victoria quinielezca...

Ya veremos este fin, les recuerdo que va de diez pesos porque el Profe Moon y el Capo del Deporte nos abandonaron.